Propósito

Este blog se creó en enero de 2008, para compartir las experiencias, a través de producciones escritas, que como estudiante del postgrado he adquirido y que se hacen más significativas cuando se enlazan con mi praxis docente,a fin de contribuir con la enseñanza de la Lengua Materna mediante sus actividades de lectura y escritura.
En consonancia con lo que se discute en relación a la didáctica de la lengua inserto en este edublog no sólo mis exoeriencias como estudiante sino también como docente, por ello incorporo las vivencias surgidas en el aula de clase con mis estudiantes.







miércoles, 10 de junio de 2009

Lectura y escritura ¿Necesarias para la praxis docente?

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Especialización en Lectura y Escritura
Cátedra: Fundamentos para la evaluación del proceso de enseñanza- aprendizaje de la Lectura y Escritura


Participante: Rona Ortiz
Cohorte: 2007 II

La lectura en la formación y actualización del docente

Referencia

Dubois, Ma. (2002) La lectura en la formación y actualización del docente. Lectura y Vida, 23(3), 30-38.

I. Introducción

La necesidad de capacitar al docente como lector, en virtud del compromiso con su quehacer pedagógico en el área de lectura y escritura, resulta ser fundamental para el proceso de enseñanza- aprendizaje. Tal y como lo expresa Dubois (2002), el profesional de la enseñanza es quien tiene la ardua labor de formar personas autónomas, críticas y reflexivas. Para ello, según la autora él debe ser el primero en cumplir tal perfil, ya que se enseña desde la experiencia académica y práctica. Por otra parte, Dubois señala que un docente lector se renueva a través del conocimiento teórico, pero lo más importante es lograr unir elementos de la calidad humana con el modo de atraer el interés de los jóvenes participantes con quienes día a día se comparte en las aulas de clase.

II. Resumen expositivo

Dubois (2002) en el artículo, “La lectura en la formación y actualización del docente”, describe la experiencia de formación de docentes lectores en dos escenarios: (1) en el programa de Especialización en Lectura y Escritura, en el Postgrado de Lectura en la Universidad de los Andes, y (2) en el programa de actualización docente a la Red Latinoamericana de Alfabetización, Capítulo Uruguay. Ambos ejemplos comparten la misma concepción teórica y persiguen el mismo fin que es formar docentes autónomos, reflexivos y críticos, capaces de llevar a sus aulas creatividad y flexibilidad acordes a los intereses y necesidades de los estudiantes y al contexto social en el que se ubican. En relación con lo teórico, en el caso del postgrado en la ULA, Dubois indica que el proceso de enseñanza abarca tres dimensiones interdependientes como son: el saber que involucra la disciplina académica y la indagación científica; el hacer que ilustra la actuación del docente y cómo ejerce éste su práctica, en consonancia o no con los soportes teóricos y; el ser que muestra la actitud, valores y emociones del docente en el aula para facilitar al alumno su aprendizaje. Todos esos elementos favorecen la discusión, análisis y reflexión en torno a la relación e incongruencia existente entre teoría y práctica. En cuanto a lo práctico, para el caso de actualización de la Red Uruguay, señala el desarrollo de un modelo de lectura que parte de las experiencias de clases reales de los docentes participantes. Dichas experiencias se proyectaron en video y se registran en diarios, para justificar la práctica didáctica con bases teóricas. Finalmente, Dubois afirma que no es fácil llevar a cabo los procesos de formación o actualización, sin embargo, la clave está en cómo se hace para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea más eficaz.

III. Comentario crítico

Lo expuesto por la autora Dubois (2002) destaca el papel fundamental que cumple la actuación del docente dentro del proceso educativo, ya que es él quien ha de llevar a cabo la capacitación del alumno que sólo puede ser eficaz cuando: (a) se despierta el interés del aprendiz a través del desarrollo de las áreas del lenguaje -hablar/escuchar, leer/escribir- tan inherentes al proceso educativo. Durante las conversaciones en el aula surgen un sinfín de elementos claves para que la práctica pedagógica sea más significativa al mismo tiempo que ayuda a que el estudiante vea la utilidad de su lengua y (b) se propicia la construcción del conocimiento en consideración de concepciones previas y de experiencias. Todo ello, necesario inducir a la reflexión sobre su propia actuación.

Considero que las experiencias allí planteadas persiguen una mejor formación didáctico- pedagógica. Formación que se sustenta en aportes científicos que permiten impartir el conocimiento de la lengua bajo una perspectiva integradora. Es pertinente destacar, asimismo, que se amerita el favorecimiento de la lengua oral y escrita de manera expresiva, comprensiva y reflexiva tomando como contexto el aula. En dicho escenario deben cooperar docente y alumnos para la construcción, creación y recreación de textos con diversa índole e intencionalidad comunicativa.

Por otra parte, la lectura y escritura como eje central del proceso de formación y actualización del maestro tiene que abarcar las dimensiones expuestas por la escritora, es decir, saber, hacer y ser, pues para poder ejercer nuestra profesión con calidad manejar cada una de ellas es la mejor manera de cumplir con un proceso de enseñanza y aprendizaje integral.

En este sentido, estamos en el compromiso de manipular el contenido teórico pertinente a la praxis educativa, ya que ello nos ayuda al momento de seleccionar estrategias, técnicas y discursos didácticos en consideración de las características del aprendiz. De igual forma, es de vital importancia que el docente tenga plena conciencia de que es un modelo para el estudiante, por lo que éste puede copiar sus actitudes, valores y formas de pensamiento y actuación. Esto último es positivo cuando el que enseña transmite gran interés por la lectura y da muestra de eso a través de comentarios y de lecturas en voz alta o mediante escritos elaborados en conjunto porque así el joven percibe sin que se lo digan, la relevancia de ambos procesos de lectura y escritura. En definitiva, propiciar el diálogo y la reflexión constante con nuestros alumnos, y relacionar en todo momento la teoría con la práctica en nuestras aulas fomenta la reflexión y revaloriza el rol que como docente tenemos a través de la autocrítica y crítica como medios de crecimiento personal.

IV. Conclusión

Para concluir, el desarrollo del docente como lector y escritor, le permite al docente construir nuevas actitudes, formas de enseñar y nuevas relaciones dentro del aula, pues es allí donde se comparten logros y dificultades de las lecturas y escrituras de diversos tipos con grupos de estudiantes. Por tanto, es fundamental asumir el compromiso de formar jóvenes alfabetizados que se apropien del código y logren dominarlo de manera funcional y social, sobre todo cuando se trata de la lengua escrita.

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