El aula y las competencias significativas del Lenguaje

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Especialización en Lectura y Escritura
Cátedra: Fundamentos para la evaluación del proceso de enseñanza- aprendizaje de la Lectura y Escritura

Participante: Rona Ortiz
Cohorte: 2007 II

Un aula de lectura y escritura comprehensiva e integradora

Referencia

Ellery, V. (2005) Un aula de lectura y escritura comprehensiva e integradora. Lectura y Vida, 26 (1), 38-51.

I. Introducción

La tarea de enseñar los procesos de lectura y escritura como herramientas que constituyen la comunicación y comprensión del mundo en que vivimos, resulta ser agobiante para nuestros jóvenes como consecuencia de las actividades carentes de significación y pertinencia. Es por ello, que Valerie Ellery (2005) recalca que la base para un aula de lectura y escritura comprehensiva e integradora subyace en la integración de tres aspectos esenciales para el rendimiento estudiantil. Tales elementos son el currículo, la evaluación la enseñanza, y cada uno de ellos favorece el desarrollo del aprendizaje, pues los estudiantes tienen la oportunidad de convertirse en lectores y escritores estratégicos.

II. Resumen expositivo

Ellery (2005) en el artículo, “Un aula de lectura y escritura comprehensiva e integradora”, expone un enfoque comprehensivo e integrador que brinda múltiples oportunidades en los procesos de lectura y escritura dentro del aula. Según la autora, los estudiantes tienen la posibilidad de convertirse en lectores y escritores estratégicos y competentes bajo la guía y apoyo de docentes que asumen el desafío de satisfacer las necesidades individuales de los distintos alumnos, con quienes se comparte a diario la clase. En tal sentido, plantea tres elementos claves para el desarrollo del proceso de aprendizaje: (1) el currículo estandarizado que le permite al docente descubrir el propósito que persigue lograr en el aprendizaje de sus alumnos a través de cinco componentes de la lectura: conciencia fonológica, fonetismo, fluidez, vocabulario y comprensión, (2) la aplicación de estrategias que conlleven a los estudiantes a una reflexión metacognitiva de su propio proceso; la evaluación, como proceso que permite al docente renovar cada experiencia de enseñanza al observar, diagnosticar habilidades y dificultades mediante diversos instrumentos de manera formal e informal, monitorear el aprendizaje del lector/escritor, redirigir la información y la práctica de enseñanza en el aula, y reconocer la etapa de las lecturas estratégicas de sus lectores (lectura emergente, lectura inicial, de transición, de fluidez) y (3) la enseñanza, aspecto primordial en el que el docente dirige su instrucción a través de distintos modelos para la lectura y escritura, considerando los estilos de aprendizaje de los alumnos. Finalmente, la escritora considera fundamental que el estudiante sea el centro de los tres componentes del enfoque comprehensivo e integrador. Por esa razón, los docentes deben conocer las habilidades en lectura de sus aprendices, los estilos individuales múltiples y necesarios para seleccionar las estrategias de enseñanza y, las técnicas y discurso del docente para diseñar las estrategias.

III. Comentario Crítico

A través de las ideas planteadas en el artículo de Ellery (2005) se puede afirmar que la eficacia de la praxis pedagógica radica en que se trabajen las habilidades de lectura, escritura, comprensión auditiva, oralidad y observación de manera conjunta y constante, pues ello conduce al diseño o aplicación de estrategias pertinentes en relación con el nivel en el que se encuentra el aprendiz.

En este sentido, cabe recalcar que por ser el estudiante el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje, el docente ha de buscar las formas más apropiadas para enriquecer cada diálogo que surge en el aula. El docente debe actuar como modelo y paulatinamente ir delegando en el alumno más responsabilidades como lector y escritor. En este sentido, el docente debe procurar las condiciones necesarias para crear en el aula un ambiente óptimo para que los alumnos puedan adquirir un conjunto de estrategias que gradualmente desarrollen como lectores y escritores autónomos.

Por otra parte, el docente ha de asumir el reto de lograr el éxito de la lectura y escritura en el aula a partir de condiciones de aprendizaje como se propone en el enfoque de Ellery. El uso de la diversidad de materiales permite al docente llevar a cabo múltiples lecturas que le dan la oportunidad de modelar simultáneamente ambos procesos (i. e. lectura y escritura) Todo ello, sin descuidar la interacción de experiencias, la escritura en colaboración y la combinación de áreas de contenido.

IV. Conclusión

A modo de cierre, es fundamental asumir el compromiso de identificar las características de nuestros jóvenes lectores, para poder trabajar conjuntamente en su evolución. Esto es, para asumir a los alumnos como lectores y escritores estratégicos, capaces de apropiarse de su lengua materna de manera funcional y social, especialmente, en el código escrito. De allí, que es esencial para el currículo, la evaluación y la enseñanza asumir el un aula de lectura y escritura como un aula para la lectura comprehensiva e integradora. Responde a las necesidades múltiples y a los variados estilos de aprendizaje reunidos en el aula de clases, involucra a un aprendiz en los procesos de comprensión y producción no sólo como actividades escolares sino con sentido de apropiación.