Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Especialización en Lectura y Escritura
Cátedra: Fundamentos Lingüísticos de la Lectura y Escritura
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Especialización en Lectura y Escritura
Cátedra: Fundamentos Lingüísticos de la Lectura y Escritura
Participante: Rona Ortiz
Cohorte: 2007 II
Cohorte: 2007 II
I. Referencia
Lomas, Carlos (2003) Aprender a comunicar (se) en las aulas. Agora digital, Nº. 5, España: Universidad de Huelva.
II. Introducción
II. Introducción
La tarea de enseñar procesos como la lectura y escritura como herramientas que constituyen la comunicación y comprensión del mundo en que vivimos resulta ser agobiante para nuestros jóvenes, quizá como consecuencia de las actividades carentes de significación y pertinencia. Es por ello, que Carlos Lomas (2003) recalca que la orientación del aprendizaje de la comunicación debe suponer la reflexión sobre las habilidades lingüísticas que favorezcan un desempeño adecuado de la competencia comunicativa del estudiante. En tal sentido, resulta propicio considerar al aula como el ámbito de interacción y observación de análisis que aporta gran variedad de situaciones comunicativas que pueden ayudar en el estudio y la práctica de estrategias verbales y no verbales que existen en los diferentes textos.
III. Resumen expositivo
Lomas (2003) en el artículo, “Aprender a comunicar (se) en las aulas”, plantea la situación que gira en torno a la competencia comunicativa del estudiantado. En este sentido, hace énfasis en: (a) el currículo como contexto comunicativo en el que interactúan quienes enseñan y quienes aprenden y trabajan en conjunto para la construcción de los aprendizajes y, (b) en la relevancia que tiene el aula de clases por ser el escenario que le permite al docente actuar como investigador pues, puede observar directamente ese contexto comunicativo donde niños y jóvenes construyen sus conocimientos compartidos del mundo en ese vaivén de intercambios de formas culturales, sociales y personales que se genera entre ellos a través de las cuatro áreas de la lengua: hablar, escuchar, leer y escribir. Igualmente, hace hincapié en lo necesario de la adecuación de los contenidos curriculares, la metodología didáctica, las tareas de aprendizaje y la manera de interactuar en el aula a fin de que los aprendices pongan en práctica los procedimientos expresivos y comprensivos propios de las situaciones comunicativas a las que se enfrenta. Puesto que, la enseñanza de la lengua se concibe en la escuela como un depósito de contenidos académicos inconexos con la funcionalidad de esa herramienta comunicacional, lo que conlleva a un aprendizaje efímero. Finalmente, el autor plantea que la educación está en el deber de ser integradora y contribuir en el desarrollo de las capacidades comunicativas orales y escritas de los aprendices considerando la realidad plasmada en los medios de comunicación e hipertextos, a fin de que orienten su pensamiento y puedan expresarse adecuadamente en las diversas situaciones: académicas, sociales y personales a las que se expone.
IV. Comentario crítico
IV. Comentario crítico
A través de las ideas planteadas en el artículo de Lomas (2003) considero que los desafíos allí planteados persiguen una mejor formación pedagógica que se sustente en aportes científicos que permitan impartir el conocimiento de la lengua bajo una perspectiva integradora. Es pertinente destacar, que se amerita el favorecimiento de la lengua oral y escrita de manera expresiva, comprensiva y reflexiva tomando como contexto el aula, porque en dicho escenario deben cooperar docente y alumnos en la construcción, creación y recreación de textos con diversa índole e intencionalidad.
La reflexión a la que nos invita el autor nos incita como forjadores de ciudadanos a dejar atrás la creencia de que las aulas son espacios con muros que rechazan la realidad en que está sumergido el estudiante; nos incita asimismo, a involucrarnos científicamente con nuestro objeto de estudio para desarrollar habilidades y competencias que le servirán en cualquier ámbito dentro o fuera del escolar. Estar conscientes de los aportes que proporcionan las diferentes disciplinas para resolver problemas sobre la lectura y la escritura es estar dispuesto a contribuir con la cristalización del proceso de enseñanza-aprendizaje. De tales aportes se desprende la construcción del significado y la visión de mundo que cada hombre bajo su singularidad posee.
Por otra parte, comulgo con el pensamiento y sentir del autor en lo tocante a la construcción de una educación integradora que le da cabida a los diversos contextos y a los múltiples cambios que se producen en la sociedad ante los cuales no podemos permanecer indiferentes.
De la misma manera, comparto la idea de Amparo Tusón (Citado en Lomas, 2003) cuando plantea que somos desiguales al emplear la lengua, por lo que se acentúa el carácter obligatorio de enseñar las capacidades comunicativas de los aprendices y la pertinencia del manejo coherente del código en los heterogéneos contextos a los que se exponen.
V. Conclusión
A modo de cierre, es fundamental asumir el compromiso de formar jóvenes alfabetizados que se apropien del código y logren dominarlo de manera funcional y social sobre todo la lengua escrita. Por eso, es esencial que se involucre al aprendiz en los procesos de comprensión y producción no sólo como actividades escolares sino con sentido apropiación. En otro orden de ideas, cabe destacar que es meramente oportuno aprovechar la alfabetización cultural y tecnológica de las sociedades para fomentar la comprensión lectora y escritural a fin de que les faciliten a los estudiantes habilidades y destrezas necesarias para el dominio de diversos usos escolares, sociales y cultuales de ambos procesos de lectura y escritura.
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